La hija del señor Bianchi no puede dormirse sin que le cuenten un cuento. Así que su padre, viajante de comercio, cada noche, estuviera donde estuviese, le telefoneaba a las nueve en punto y le contaba un cuento. Dicen que cuando el señor Bianchi telefoneaba a Varese, las señoritas de la telefónica suspendían todas las llamadas para escuchar sus cuentos. ¡Claro! Algunos son tan bonitos Cuentos por teléfono (1962) es uno de los libros más significativos del catálogo de editorial Juventud, ya que sigue publicándose y leyéndose en las escuelas con el mismo éxito desde hace más de medio siglo. Por ello, en el centenario del nacimiento de Rodari, la editorial ha querido homenajearlo con esta edición especial, con nuevo formato e ilustraciones a color. Setenta cuentos que nacen de una visión crítica del mundo, llena de realidad y optimismo, que invitan a pensar con amplitud de miras y sin prejuicios, siempre por el camino de la tolerancia y la amistad.
EDITORIAL JUVENTUD. 240 PÁGINAS. EDICIÓN ANIVERSARIO 2020. TAPA DURA
Gianni Rodari
(Omegna, Italia, 1920 - 1981). Maestro, periodista y divulgador de la Nueva Pedagogía.
Nacido en Omegna, muy cerca de Suiza, era hijo de panaderos. Su padre murió cuando él era muy joven. Cuando aún no había cumplido los veinte años se paseaba con sus amigos por las tabernas tocando el violín, hasta que su madre dijo basta.
Estudió magisterio, para intentar evitar el servicio militar (con el que no estaba de acuerdo). Para conseguir trabajo como maestro tuvo que acudir a la Casa del Fascio de Milán y afiliarse al Partido Nacional Fascista. Al llegar la guerra fue destinado al hospital de Milán. Su hermano Cesare fue apresado y llevado a un campo de concentración alemán (sobrevivió) y dos de sus mejores amigos murieron en el frente. Para 1944 Rodari ya había roto el carné fascista y se había afiliado al Partido Comunista Italiano.
Tras la guerra comienza a trabajar como periodista y también se propone llevar la literatura a los más pequeños.
En los años sesenta comienza con su labor pedagógica. Es llamado por las escuelas para leer historias, inspirar a los niños y mostrar nuevas técnicas de enseñanza a los profesores.
El legado de Rodari como pedagogo y lo que representó una cambio frente a la pedagogía anterior (en la que circulaba “la letra por la sangre entra”) es la combinación de la función didáctica y la diversión. Para él siempre tenía que estar presente el juego, se lo debía aprovechar, en tanto capacidad innata y natural en los niños. Basará sus propuestas en “el poder liberador de la fantasía y de la diversión como vehículo de formación didáctica”.
Ha publicado más de veinte libros en los que combina el humor, la imaginación y la fantasía. En 1970 se le concedió, por el conjunto de su obra, el más alto galardón en literatura infantil y juvenil: el Premio Hans Christian Andersen.
La hija del señor Bianchi no puede dormirse sin que le cuenten un cuento. Así que su padre, viajante de comercio, cada noche, estuviera donde estuviese, le telefoneaba a las nueve en punto y le contaba un cuento. Dicen que cuando el señor Bianchi telefoneaba a Varese, las señoritas de la telefónica suspendían todas las llamadas para escuchar sus cuentos. ¡Claro! Algunos son tan bonitos Cuentos por teléfono (1962) es uno de los libros más significativos del catálogo de editorial Juventud, ya que sigue publicándose y leyéndose en las escuelas con el mismo éxito desde hace más de medio siglo. Por ello, en el centenario del nacimiento de Rodari, la editorial ha querido homenajearlo con esta edición especial, con nuevo formato e ilustraciones a color. Setenta cuentos que nacen de una visión crítica del mundo, llena de realidad y optimismo, que invitan a pensar con amplitud de miras y sin prejuicios, siempre por el camino de la tolerancia y la amistad.
EDITORIAL JUVENTUD. 240 PÁGINAS. EDICIÓN ANIVERSARIO 2020. TAPA DURA
Gianni Rodari
(Omegna, Italia, 1920 - 1981). Maestro, periodista y divulgador de la Nueva Pedagogía.
Nacido en Omegna, muy cerca de Suiza, era hijo de panaderos. Su padre murió cuando él era muy joven. Cuando aún no había cumplido los veinte años se paseaba con sus amigos por las tabernas tocando el violín, hasta que su madre dijo basta.
Estudió magisterio, para intentar evitar el servicio militar (con el que no estaba de acuerdo). Para conseguir trabajo como maestro tuvo que acudir a la Casa del Fascio de Milán y afiliarse al Partido Nacional Fascista. Al llegar la guerra fue destinado al hospital de Milán. Su hermano Cesare fue apresado y llevado a un campo de concentración alemán (sobrevivió) y dos de sus mejores amigos murieron en el frente. Para 1944 Rodari ya había roto el carné fascista y se había afiliado al Partido Comunista Italiano.
Tras la guerra comienza a trabajar como periodista y también se propone llevar la literatura a los más pequeños.
En los años sesenta comienza con su labor pedagógica. Es llamado por las escuelas para leer historias, inspirar a los niños y mostrar nuevas técnicas de enseñanza a los profesores.
El legado de Rodari como pedagogo y lo que representó una cambio frente a la pedagogía anterior (en la que circulaba “la letra por la sangre entra”) es la combinación de la función didáctica y la diversión. Para él siempre tenía que estar presente el juego, se lo debía aprovechar, en tanto capacidad innata y natural en los niños. Basará sus propuestas en “el poder liberador de la fantasía y de la diversión como vehículo de formación didáctica”.
Ha publicado más de veinte libros en los que combina el humor, la imaginación y la fantasía. En 1970 se le concedió, por el conjunto de su obra, el más alto galardón en literatura infantil y juvenil: el Premio Hans Christian Andersen.
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